El abrazo

Hay abrazos de todo tipo: de compañerismo, de amor, de hermanos, de papás, hipócritas, de saludo...
Pero hay unos esperados. Sí, como los hijos. De esos que se cocinan lento, lento y un día nacen. El domingo me pasó.
Llegué destrozada. Sin creer, sin fe, sin ganas.
Vi los mismos ojos que me salvaron de caer ya tantas veces. "¿Qué te pasó?"

Jamás un pasado me dolió tanto.

Entonces comencé a contarle todo. Todo. Recargada en su brazo, con sus piernas sosteniendo las mías y su mirada borrosa. "No es posible. No a ti". En este mundo todo es posible. "No. El mundo detrás de esta puerta no existe para nosotros".Tiene razón. No existe. Es efímero. Como el amor. El de allá afuera. Inventamos un mundo al que nadie puede entrar, sólo los dos.

He contado el pasado del que le hablé ya varias veces esta semana. Recibí apoyo, sonrisas, besos, chocolates, felicitaciones, lágrimas. Todo. Cuando le dije a él la verdad, lloré. Algo dentro me estalló. Me ardió que algo pudiera lastimarme tanto. Un día pensé que jamás me pasaría algo tan doloroso y esto va más allá. No es dolor. Infierno.

Me levantó, me apretó contra él, me llenó de besos las mejillas, y sin soltarme, repitió a mi oído "Todo va a estar bien. Yo no te voy a dejar. No soy él. Todo va a estar bien. Todo va a estar bien". Dios.

No me sueltes.

Entonces, los nudos de ese pasado de 8 años, cayeron al suelo, se deshicieron. Me dejaron libre. Al tocar el piso, soltaron lágrimas de tanto daño inmerecido. Mi pasado se volcó en una caja. Cada noche hago un silencioso funeral por aquellas ilusiones y aquel amor que murió intentando renacer en cada amanacer, porque mágicamente perdonen la falta de lealtad y la mentira de aquel.

El abrazo no terminó ahí, porque lo fui a dejar al aeropuerto, regresé a cenar con Liliana y con Checo, pedí perdón (si aún era posible que quedara algo de karma no pagado) y no dormí pensando en una llamada la madrugada antes que me acababa de destrozar.
La llamada no llegó.
Murió con ese pasado.

Migraña. Vueltas. Frío. Sed. Pena. Hambre. Garganta. Ruidos?

En mi cama, escucho la puerta de entrada. Es el del abrazo.Acaricia mi abdomen y sonríe. "Todo va a estar bien. Yo te voy a esperar". Han pasado casi los mismos 8 años de esperar algo juntos. El tiempo juega con nuestras vidas.

Si algo nos sobra hoy es paciencia y amor escondido en una fotografía de guerra.

Sí.

Todo va a estar bien.