Del año pasado...

Esta sensación que me invade no es extraña. Va más allá de eso, supera a mis escritos, a las palabras que pueda pronunciar. Y la presentación ya fue y ese día me dejó Carlo Angie. Ni siquiera pude ir al funeral. Siento una tremenda impotencia, seriedad, tristeza. Porque nadie me ha consolado como debía alguien de consolarme, alguien que me diga algo de él, pero tal parece que a nadie le importó. Parece que ni a mi, sin embargo no es así. Me siento triste y desconsolada y deprimida. Porque no sé como expresar lo que siento, porque el pasado se me va de las manos como si se me escurriera agua y el futuro llega así, de pronto, sin avisar siquiera y no estoy preparada aún. Pero tengo que estarlo porque no me queda de otra.

Y ahora estoy pensando en aquel y trato de poner los pies sobre la tierra y no fantasear aunque es inevitable. No sé que pase ahora que lo vea, no sé si estoy equivocada, me da pavor estarlo porque lo he hecho tantas veces y tan mal que si me equivoco, sería la peor de todas. Porque me da miedo dejar el atrás por completo, para siempre. Dejar ir esos años de mi vida que no me sirvieron para nada, más que para lastimarme y degollar oportunidades y llorar y llorar y llorar. Y porque quisiera estar con él y así que me abrazara y platicar y me doy cuenta de que me puede querer como quiere a cualquier persona y que no es justo. ¿Porqué no es justo? Porque me siento estúpida, porque podría confiar más en él y quererlo y amarlo y justo cuando tengo la pinche oportunidad enfrente, no la aprovecho porque el miedo me paraliza a actuar, a arriesgarme a hacer lo que siempre he querido. Porque siento que hay algo más allá... ¿ y si hubiera? Y si en unos meses encuentro a aquel que perdí en el camino...? O a dejarlo de una vez y arriesgarme bien y mostrarme como soy, con todo y mis berrinches y todo; simplemente, no me sale, no puedo. Y el pasado, esa enfermedad que lleva grabada su nombre y que no me deja avanzar, que me detiene del cuello nomás para ver como se me va el futuro, tal, y como se me fue el pasado. Y Carlo Angie no está y no estará jamás, que aunque esté presente en cada libro nuevo, y me halla dejado esa nota que ahora me hipnotiza con sus últimas palabras dirigidas hacia mi... no lo merezco... Esas letras que me idiotizan...

Me desespero más que nunca y necesito hablar y no hablo. Mi nuevo libro me mira de reojo como esperando que lo arrulle... no puedo...

¿Será como depresión post parto?

Pd más actual.- Hoy Sebastian cumple 6 meses. Lo veo, lo veo, lo veo, lo veo.
Si pueden, descarguen aquí la revista cubana MiNatura 83, un especial de vampiros donde incluyeron una minificción de mi autoría...