Fin

Se me ocurre que aquí se marchite el cuento. Con un final parecido a:
"Siempre sí volví. Siempre volvería. Me esperó como no prometió, pero lo hizo. Le pregunté por él, el otro respondió con la mirada encerrada entre arrugas que me aguardaba. Soy yo. Es él. Con un mudo dolor lo abracé como quise abrazarlo aquel primer día. Sin palabras. Recuerdo cuando lo conocí, no en aquel edificio, sino cuando lo conocí de veras. Regreso a él y confieso en un beso que a veces, 10000 veces al día, pienso en él. Lo que llegará a pasar ya no importa..."

Mi pluma resulta un melodrama como nuestras vidas. Lo miro de nuevo y me pierdo en sus tenebrosos más allá. Sus ojos han visto lo mejor y lo peor de este mundo y ahora me miran a mi. Sólo a mi...

Pensando en el final de este cuenovelarta alucino con sus manos y su voz al otro lado de la línea. Sé que sonríe e igual a veces me piensa...

Le he escrito tanto, tanto, tanto tiempo, tantos años, tantas noches, que me ahogan las letras. Quiero decirlo y el miedo cobarde me amarra la lengua...
- "Te veo luego... mañana"
En un mañana que siempre llega pero no al día siguiente, no cuando lo espero sin embargo sí... siempre llega en el día más estúpidamente inesperado me topo de nuevo con sus penetrantes ojos y entonces de nuevo digo que ahora sí lo diré...

Pd.- Para aquellos que viven en Xalapa, a partir de hoy, encontrarán mi columna Voz de Tinta en el suplemento Laberinto del Periódico Milenio (así que cómprenlo jeje) y para los que no viven por allá, pueden checarla aquí.

Pd2.- Gracias Clarice!!!