Después de días...

He vuelto… (fanfarrias) con algunas cosas rondando en mi cabeza cómo…

¿Por qué cuando llegas a Urgencias de un hospital todos te preguntan si estás bien, cómo te sientes? Es ilógico ¿no es así? Si llegas ahí es porque te sientes de la fregada, con ganas de que te inyecten algo YA para el dolor o lo que sea que tengas, que saquen su varita mágica y te arreglen para que en ese mismo instante puedas salir caminando como si nada hubiera pasado… claro que existe el tipo de gente que le encanta andar por ahí, conocí una vez a una tipa que inventó que su amante que la mantenía había intentado suicidarse cosa que no era cierto, pero ella obtuvo lo que más busca en su vida; atención y un abrazo jaja.

Regresando al tema, ya después en la habitación, estoy de acuerdo que para que existan médicos, enfermeras, etc, tienen que estudiar antes, sin embargo eso de que lleguen cada cinco minutos grupos de pasantes a verte como changuito recién nacido del zoológico es bastante incómodo. Más si tomamos en cuenta que estos pasantes son her-mo-sos y claro, como tú te sientes tan mal, pues te ves aún peor: despeinada/o, con la batita esa incómoda, sin ganas de nada… eso sin contar la comida… sí, deben ser ligeras pero… ¡¿una gelatina y un te que además sabe del…?!

Luego el hecho de que una persona que te ama, se quede contigo en la habitación es para mi un mayor martirio (para mi), porque ves como sufren contigo, como se levantan como resortes cada vez que una enfermera entra a revisarte o inyectarte medicamento nuevo, como medio duermen, medio no. Se merecen una medalla… y lo peor del caso es cuando me dice con cara de felicida’: Mira! Te traje el libro que estabas leyendo…

Y lo vi y no lo quise... ¡No quería leer! Me sentí cucaracha… porque la verdad era que o los medicamentos eran muy fuertes o las letritas se movían por toda la página como hormigas impidiéndome enfocarlas. Opté por tratar de dormir, ver los malos, malísimos programas de televisión y reírme cuando Sebastián en el ultrasonido, les pintó dedo… sí, pues hijo de tigre pintito… y no lo digo por mi… ese fue el suceso del día…

Salí y estoy de nuevo, ahora sí leyendo aquel libro, escribiendo y regreso a mi vida normal pero sin tanto stresssssss.

Gracias por estar mientras no estuve.