Arghhhhhhhhhhhhhhhhhh

No están pa' saberlo ni yo pa' contarlo aunque creo que ya lo había dicho en la entrada anterior: me estoy mudando de habitación a una lo doble de grande donde podré planear todas mis fechorias de ahora en adelante muajajajajaja.

Ha sido un desmadre... primero, cambiar mis armas, como no permito que nadie las toque, psss hubo broncas cuando los albañiles ya las habían quitado de la pared, luego internet que no existe en esa ala este del castillo (ajá), tons a contratar a alguien que lo cambiara, y así, una serie de detalles que no van con mi personalidad obsesiva.

Total que llegó la hora de cambiar el librero y zacatelas turrón, que no cabe por la puerta. BUAAAAA Casi me infarto y casi casi decido volver a cambiar TODO a mi antigüa habitación (porque sin mis libros cerca ni puedo dormir, ni inspirarme, ni vivir). Tons tuve que contratar a un carpintero para que lo desarmara dentro de mi antigüo cuarto y lo armara de nuevo en el recién estrenado. Y todo quedó requetechulo de bonito... PEROOOOOOOOOOOOOOOOO He aquí que la chava que nos ayuda a hacer la limpieza, se acomedió a acomodar mis libros... no me pareció mucho la idea, pero había que sacudirlos y demás y me dio mucha hueva y con un soborno, le dije que orales va, con mucho, mucho, muchísimo cuidado de no revolverlos (ya saben, los de fantasía con horror y los rosas con historia y así). Y ella: no para nada bla bla bla.
Tons me salí a pasear con mi amigo Héctor que vino de vacaciones desde España y teníamos chorromil cosas que hablar y demás...

Regreso y ching... que el librero nunca se movió de lugar porque el pinche carpintero olvidó su herramienta (háganme el favor), y esta chava sí limpió buena onda y acomodó los libros como-Dios-le-dio-a-entender.

Esto tiene dos días, y miro mi librero y me dan ñañaras. O sea, Le Guin está repartida por todos lados, Scott Card está junto a Borges y así... no, no, no, no. No los he querido acomodar porque mañana que 'ora sí quiten el librero y lo pasen al otro lado, va a suceder lo mismo, tons ni al caso que gaste mis sublimes fuerzas en acomodar de nuevo (además ni ganas tengo), pero debido al susto de ver mis cosas así (sin contar con que acomodó mi escritorio MI ESCRITORIO -arg- y todo lo limpió muy mono y APILÓ mi desmadre... o sea, cuál desmadre? Si yo sabía donde estaba todo buuuuu) Acabé en Starbuks con otro amigo que entiende a la perfección porqué me enojé y traumé y duramos dos horas hablando anécdotas de cómo la gente no entiende nuestras obsesiones... pero por qué!? Si somos taaan normales... Puf... la gente de veras.