Mil cosas...

Ya regresé (fanfarrias tururuuu).
Prometo actualizar este blog más seguido y visitar los suyos también (no se crean, si los extraño)
Lo que sucede es que he andado de arriba a abajo con mil cosas...
Primero, ya comenzamos el taller de literatura fantástica los sábados por la mañana... Además la semana pasada fue la última presentación de "Sueños de Tinta" en Café Literario (por cierto, con frío y todo pero salió super bien, muchas gracias a todos los que nos acompañaron y las fotos ya están en mi hi5). Ayer fue la presentación de mi novela "Suspiro Azul" en la casa de Michoacán aquí en el DF, de ahí salí corriendo a grabar el programa de radio en Eclipse (como me reí!!!), y hoy apenas voy llegando porque el programa de Radio Michoacana Ex-Libris se transmitió en vivo desde acá (a la sagrada hora de las nueve de la mañana, sonido de bostezos) y me invitaron...

Además ando de fiesta porque en Ediciones Shamra andamos estrenando antología... antier Ilse (la diseñadora) me entregó los libros "Amor al Terror", una antología que reune 10 mini ensayos de 10 películas clásicas de terror de los siguientes autores: Jorge Enrique Escalona, Omar Delgado, Alejandra Ochoa, Carlos Serrato, Roberto Coria, Héctor Pons, Stephanie Andrade, Mario Aguilera, Ricardo Pérez y una servidora...

La verdad, me encantó como quedó el libro y ahora estoy enamorada de él jojojo. (Y del otro también, pero esa es otraaaa historia)

Y bueno, la próxima semana es la presentación de esta antología, va a ser en: (chan, chan, chan, chaaaaan)

Café Literario (Av. División del Norte esquina Calle Museo)
17:30 hrs
Presentan:

Jorge Enrique Escalona
Roberto Coria
Sandra Becerril
Mario Aguilera

(Ah, y hay vino pa' los alcohólicos jaja)

Ojalá pueda verlos por allá

Ya que ando en esto, el domingo 4 de Noviembre, será la última presentación de "Suspiro Azul" en el DF... pero luego les paso bien la hora, que aún no la tengo (buuu) y después nos vamos a la FIL de Guadalajara con este libro y con "Amor al terror"

Ufffff... algo más?

Sí! Ender ya me dice papá (qué ironía!) y ya en unas semanas, sale una antología de escritores de CF en Argentina... orgullosamente andamos por ahí 10 mexicanos que el talentoso escritor Sergio Gault Vel Hartman seleccionó... así que les avisaré en cuanto salga...

Gracias a todos por sus comentarios aquí, en las presentaciones y en el radio, y 'ora sí... voy a leerlos a sus blogs (tengo 5 mins libres jajaja)

Besos y apapachos a todos...

De mi cuaderno del 2003

Mi historia, comienza en mi habitación. Por cualquier lugar que abro puertas dentro de ella, encuentro un pasaje de él. Había pensado en quemarlos todos, sin embargo todos conducen al mismo lugar: al centro mismo del cuarto y me carbonizaría a mi misma. Mas estoy atrapada en esta prisión; no existe modo alguno de escapar, de salir. Mi única salida es una pequeña ventana enrejada junto al enorme librero. Pero es tan pequeña que tan sólo me permite sacar las manos de vez en cuando y mirar al exterior. He decidido confinarme a mi misma en este lugar. Por siempre. Y abrir cada día una puerta escondida detrás de cada mínima expresión para hallarlo a él…

He dormido en esta cama años enteros. Y recostada en el colchón, mirando el techo parece que nada cambió. No es así. Me equivoqué. Cada vez que abro una puerta nueva, algo se escapa de su interior y matiza la habitación con cientos de tonos sobrios, alegres, tímidos, muertos…

Un suspiro se cuela desde un rincón. Alcanza mi cabello y juega con él. Me molesta. Le encanta fastidiarme mientras escribo; despectivamente lo hago a un lado con el dorso de mi mano y aquel suspiro juguetón, se transforma en un retraído susurro en el fondo de mi closet. Me siento mal por él. No lo merecía. Me acerco a la puerta del lugar dónde guardo mi ropa, la abro, me hago pequeña y lo busco en el piso. Nada. Sacudo los abrigos y sale disparado de uno de los botones hasta el suelo. Lo acuno en mis brazos. Este suspiro no debe morir y mucho menos si apenas ha nacido. Le canto desafinadas canciones de cuna mas no sirven para consolarlo. Está herido por mi desplante y le sugiero llevarlo a mi próximo viaje. No acepta, tampoco se niega. Entro más al closet. Hasta el fondo. La hallo: una pequeña puerta de madera, vieja, desgastada y enmohecida. Toco con los nudillos y se abre rechinando. Entro…

Una melodía llega hasta mi. Es melancólica. Más aún que el mismo suspiro quien se asoma dentro de mis brazos con ojos saltones para observar mejor. Esta él frente a mi. O al menos frente a alguien quien es igualita a mi. Se abrazan. El amor flota sobre ellos y se confunde con las nubes oscuras que los rodean. Comienza a llover y él la toma de la mano, la jala para que se resguarden… ella no quiere. Ama la lluvia. Lo jala a su vez. Acaricia su rostro enojado y empapado; él accede. Se sientan sobre el pasto mojado. El amor se acerca más y más sin que lo vean. Cuando quiere es muy discreto. La tierra se convierte en lodo y el suspiro en un beso que se zafa de mis manos y se deposita en sus bocas. Se transforma en algo eterno. Y la misma eternidad danza ante ellos con las estrellas sin que se percaten de lo que sucede a su alrededor. Lo demás desaparece y quedan ellos. Nada más. No necesitan nada más. La lluvia me moja también. No notan mi presencia. Debo impedir que las lágrimas salgan esta vez, porque sino, pasará exactamente lo que pasó el otro día: inundan mi habitación, los muebles flotan en desorden, se mojan mis zapatos y lo que está debajo de la cama, me empapo los pies y a veces siento ahogarme. Hasta que nado a la ventana, la abro y las lágrimas salen cual cascada a empapar el patio trasero de la casa. (a veces mojan también la ropa limpia que mi mamá ha colgado).

Me apena ver tanto amor frente a mi y no poder compartirlo. Porque esa era yo. Hace algún tiempo, y ahora vivo aquí encerrada en esta habitación construida por los recuerdos, que se apilan sobre mi techo, temerosos de que alguna tormenta los destruya, refugiándose en los huequitos que dejó la pasión vertida por todos lados…

En fin que no me hallo aquí. Ella y él siguen juntos. Ahora cantan canciones que creí haber olvidado y sin embargo atormentan mi presente con su pasado. Mi suspiro está feliz aquí y mejor aquí lo dejo. Los miro con curiosidad. La piel de ella es pálida, no tanto cómo la mía pero si mucho, la de él es morena. La mirada que él proyecta... hace tanto… olvidé esa expresión. De seguro la guardé en algún cajón escondido dentro de una novela rosa para continuar leyendo una de fantasía o de horror. Sí, creo que cuando lo metí ahí, leía una de horror…

Alguien se acerca. Son sus amigos. Pasan a través de mi cuerpo fantasmagórico. Este no es un parque cualquiera. Es París. Desde estos Campos Eliseos, apenas alcanzo a ver la majestuosa sombra de la torre, que los vigila. Hace un rato, le advirtió a ella que lo olvidara. Con cada peldaño que ella subió, la torre más le pedía que lo dejara. Pues Eiffel sabía lo desdichada que sería la pobre joven en un futuro. Pero ella no la escuchó. Nunca escuché y nunca aprendí a poner atención al lenguaje de las cosas, de los edificios, de los objetos que no hablan nuestro lenguaje.

Hoy es de esas veces que no puedo dormir.

mi piel está agotada de ti...

No importa lo que haga, nunca es suficiente.

Me gusta...

Dormir en la madrugada cansada de tanto escribir. Fumar. Comerme a cucharadas la Nutella y tener sentimiento de culpa. Amo escribir. Me encanta la fotografía. Ver cadáveres. El olor del incienso de sándalo. Ver películas románticas cuando estoy triste y llorar a gusto. Me fascina estudiar literatura y que me digan que ser una ñoña buena onda y serlo en verdad. Que me pidan las tareas o los cuadernos para copiarlos. Encender el messenger mientras trabajo y poner: escritora trabajando, no molestar y que igual me molesten. Mis hermanos, abrazarlos y besuquearlos hasta que se harten de mi. Mi casa, me encanta mi cuarto y me fascinan las armas. Que le gente me lea y presumir mis escritos. Mi hijo, su mirada, su inteligencia. Ser exigente conmigo misma. Mi cuerpo aunque este lleno de cicatrices, y hablando de eso, la cicatriz que tengo en la pierna izquierda y contar como me la hice y que la gente no me crea. Mi tatuaje, mis expiercing y mi cinismo. Besar, abrazar, apapachar. Gorodischer, Cortazar y Tolkien. Mi maestro de historia que tiene 83 años. Imaginar que sé tanto como él. A Johnny Deep y tener fantasias nocturnas con él. Las llamadas madrugadoras y excitantes. El cabello, la piel, los ojos, las manos, el cuerpo, lo que hay dentro y fuera de Héctor. La extraña voz de Checo cuando estoy triste y me hace reir. El coraje de Marisol, la ternura de Né, el descaro de Ulises, la inteligencia de Tito, la amargura y consejos de Omar, el valemadrismo de. Los blogs que recomiendo. Imaginar que soy cigarro y me acabo en su boca. Tomarme fotos cachondas en el espejo. Tomar tequila y cerveza, llegar a la casa ebria y que crea que mi mamá no se da cuenta. Mi mamá. Yo, me encanto. Las cejas de Maria Felix. La literatura. La lluvia. La noche. Manejar en carretera y que los insectos de estrellen en el parabrisas. Las películas de terror chafas. Las películas de terror buenas. La ciencia ficción. Mi computadora. Que me envíen mensajitos en el cel. Expresarme como soy, como siento, lo que deseo, siempre. La nobleza. El rock de los 80s, el hip hop, las rolitas fresitas, las rolas metaleras, lo que es y no es (Greenday, the darkness, La Ley, Garbage), escaparme de todo sin que nadie lo sepa y desaparecer de vez en cuando con mi libreta. Ser fuerte. La sensación que da en el estómago cuando esa persona que deseabas tanto por fin te bese. Tener libros que nadie puede conseguir. Coquetear. Hablar en Inglés y traducir rolas mientras manejo. Tocar el piano e imaginar que mi pared es el público del auditorio nacional. Besar, tocar, amanecer. Me gusta que me despierten a media noche con sus manos en mi piel y creer que estoy soñando aún. Cantar a todo volumen en periferico toda desafinada. Ser una descarada, traviesa y cachonda. Me gusta que me dediquen canciones y me escriban poemas. La noche cuando llueve y cuando no también. Ir al yak, e imaginar que en cada partida, voy a ganar el acumulado e imaginar que hago con ese dinero. El pastel raro de limón que prepara mi mamá. La música clásica, mis pants negros viejos, mi espalda pecosa, soñar, la fantasía, el sonido del mar, el viento, mi palidez, los chocolates, mi computadora, mis personajes, mi ego, dormir sin despertar cada 5 minutos, cuando algo me queda bien a la primera, saber cosas, la historia, las buenas pláticas, las buenas sorpresas, observar gente, el ruido del lapiz formicando con el papel, la perseverancia, imaginar venganzas, el color negro, el sonido de las hojas secas cuando las pisas, las cremas que huelen rico, los buenos libros, el sushi, mis tennis horrorosos negros, mi anillo de plata que perdí, ir al baño cuando tienes ganas de hacerlo, besar a la persona que amo, los abrazos, llorar cuando me he aguantado mucho, el olor a limpio, mis manos, poder gastar a lo pendejo, la palabra pendejo, viajar, la nieve, Paris, el acento chileno, tener huevos, este blog, el celular, conocer cosas nuevas, la puntualidad, mis obsesiones, la comida italiana, el bar cucho donde me reuno con mis cuates, la Navidad, que justo cuando pienso en llamarlo, me llame. Mis apodos (que no diré), tronarme la espalda, la oscuridad, dar clases, tantas cosas....Que me gusten tantas cosas que se aburrirían de leerlas.

Y a ti?

Te necesito...

Daniel llegó por fin a su casa. Las llaves se le cayeron en un charco de lodo, no pudo agacharse a recogerlas por lo que con dedos temblorosos, tocó el timbre. La dulce voz de su esposa se escuchó por el interfón; Daniel trató de contestar la típica pregunta de ¿Quién? Sólo pudo escupir sangre. Al fin Graciela abrió. Por un momento vaciló en abrazar al hombre en la puerta quien parecía un vagabundo; dudó para después abrazarlo y ayudarle a entrar apoyado en su hombro. Daniel cojeaba. Al llegar a la sala le ayudó a recostarse en un sillón; la habitación estaba arriba y en esas condiciones no podría subir los escalones. Ella lamó al médico y limpió cada una de sus heridas con amor mientras le preguntaba en voz baja como si no quisiera que la escuchara: ¿Qué te sucedió? ¿Quién te golpeó? ¿Reconociste a alguno? Daniel negaba con la cabeza y la miraba a los ojos. Veía borroso. La escena era conmovedora: la esposa compasiva y abnegada curando a su marido con devoción y ternura. Tan sólo recordar que pensaba separarse de ella una semana antes… ¡Qué gran error hubiera sido!

Al fin llegó el doctor. Lo revisó y de inmediato pidió traslado al hospital. En su casa no podrían curar el brazo fracturado, coser las heridas y el esguince de cuello. Graciela pagó todos los gastos y a quedarse con Daniel en la noche. Se acomodó en un sillón viejo y roído junto a la cama del paciente. No se quejó del frío; durmió como perro fiel a sus pies. De vez en cuando se levantaba de su incómodo lecho para checar que su marido se encontrara bien. A Daniel más que las heridas, le dolía haber tratado así a su mujer, haberla maltratado como lo había hecho le avergonzaba. Justo aquel día en la mañana le gritó que ya no la necesitaba más. Se dio cuenta de que la necesitaba a su lado más de lo imaginado. Se prometió a si mismo jamás volverlo a hacer, incluso le pasó por la cabeza la idea de que se merecía la golpiza. Todo sucedió muy rápido. Unos tipos lo interceptaron fuera de su trabajo, lo obligaron a subirse a una camioneta negra y ahí lo patearon; le pegaron con bats, le dieron puñetazos hasta que la cara de su víctima pareció una mole de carne con sangre. Después lo dejaron tirado cerca de su casa. Daniel quiso parar un taxi, pero ninguno se detuvo. Él no los culpaba, después de todo por la facha que traía ni siquiera él se hubiese detenido. Mientras casi se arrastraba por las calles llegó a la conclusión de que era víctima de una venganza. Tal vez su amante o alguno de sus clientes…

Pasaron los días y Daniel regresó a su casa acompañado de su fiel esposa. Se quedó profundamente dormido. Graciela se acercó para besarlo y se percató que incluso roncaba. Lo arropó bien y justo cuando iba a recostarse a su lado, oyó el timbre de la puerta. Descalza, sacó una bolsa que mantenía escondida en un cajón y bajó con ella tratando de no hacer ruido. Abrió. Un tipo gigantesco y gordo la saludó. Quería pasar.

− ¡No!−gritó ella − Toma el dinero y vete

Le aventó la bolsa y cerró la puerta. Suspiró. Todo estaría bien ahora. Cuando volteó para subir las escaleras, sorprendió a Daniel observándola con lágrimas en los ojos y un bat en la mano derecha. La miró con un odio que ella jamás había visto.

− ¡Perdóname Daniel!− Se tiró a sus pies − ¡Es que necesitaba que me necesitaras tanto!

Personal?

Deseaba escribir algo para ti. Era mi mejor intención. Pero cometí el gravísimo error de prender la radio y esta una canción que me recuerda algo que creí haber olvidado. Lo peor del caso es que no recuerdo bien que es, pero sé que no se refiere a ti, o tal vez si, o a todos. La cuestión es que no me podido reponer de una cuando vuelvo a caer y así sucesivamente, no sé por dónde empezar a curarme. Lo curioso aquí, es que cuando pienso en ti sonrío, mi corazón se acelera y mis pensamientos fúnebres se desvanecen en medio del sonido de tu voz ¡Esa voz! ¿Sabías que tu voz representa mucho para mí? Pues así es: Representa una cachonda fantasía fuera de la mundana realidad, aprenderme cada uno de tus acentos, tus gritos, cuando tratas de fingirla y cuando crees besarme, representa salirme un momento del mundo y relajarme hasta el extremo de no poder dormir de tanto soñarte, pero es un hermoso insomnio, tu voz personifica una gran tentación, tiene la cualidad de hacerme olvidarme del mundo, todo el mundo se queda paralizado en medio de una negra noche o de un glorioso día, no importa, el caso es que no existe, deja de existir para mi por unos minutos, por horas, como quieras verlo.

En una palabra es libertad. Pura y tangible libertad.

¿Sabes hace cuanto tiempo no saboreaba esta clase de libertad? Me niego a responder a esa pregunta pues probablemente ni yo sepa la respuesta, lo cual es penoso y molesto. La verdad, es que me encantas, me vuelves loca, haces que una extraña magia emerja de mi cuerpo como nunca. Es extraño, es excitante.

Lo extraño es excitante.

Tú lo eres.

Mi lengua saborea en mi boca lo que quedó de ti y ansío probarte una vez más, no importa cómo sea, me fascina desayunarte.

Esta fantasía se ha vuelto tan tangible como mis escritos, como tu voz, como mi cuerpo, como tus libros, como mis manos en tu imagen.

No soy este personaje. No te extraño, es la verdad, no te amo tampoco. Tan sólo te deseo con unas ansias locas de volcarme sobre ti como lo hemos prometido una y otra y otra vez hasta quedarnos sin habla, hasta morir de sed, hasta ahogarnos en los gemidos, hasta desear con tanta fuerza estar juntos que rompemos las barreras del tiempo. Tu cuerpo se convierte en mi piel. Es de las mejores fantasías de las que he sobrevivido, y aún no quiero emerger de ella. ¡Queda tanto por explorar! No deseo salir por ningún motivo ¿Y tú? No creo, lo dudo bastante.

Hay que correr el riesgo…

ufffff!!!!!!!!

Es ya de madrugada. No quiero dormir. Porque si duermo, soñaré contigo y si sueño contigo despertaré sin ti de nuevo; si despierto sin ti, tendré ganas de marcarte; si tengo ganas de marcarte probablemente lo haga; si lo hago no responderás; si no respondes, me sentiré mal, arrepentida y empezaré a escribir cosas tristes; si empiezo a escribir cosas tristes, jamás acabaré este escrito para mis amigas; si no acabo este escrito para ellas, no podré comenzar a arreglar la novela; si no comienzo a arreglarla, no podré entregarla en dos semanas; si no la entrego en tres semanas, jamás lo haré; si jamás lo hago, me arrepentiré de por vida; si me arrepiento de por vida, será la primera cosa de la que me arrepentiré; y si es la primera, la lista seguirá; si la lista sigue, tendré tanto arrepentimiento que no continuaré escribiendo; si no continúo escribiendo, me muero de soledad; si me muero de soledad, esta vez no saldré viva; si no salgo viva, andaré como fantasma deambulando por las calles de esta ciudad; si ando deambulando por las calles de esta ciudad, seguramente acabaré en la tuya; si acabo en la tuya, terminaré asomándome por tu ventana- momento, no tienes ventana- por el tragaluz y me daré cuenta que sí has estado leyendo un libro extraño que una mujer extraña te prestó un día extraño que lo intercambió por sexo y otro libro tuyo. Si me doy cuenta de eso, me darán unas ganas enormes de saltar por el tragaluz hasta tu noche. Si lo hago será porque te amo, porque me amas y si me amas, será sólo en los sueños porque ya estaré muerta (recuerdas? soy un fantasma) y no te creeré; si es sólo en los sueños, terminaré (obvio) soñando contigo...

Sandra, su yo y su otro yo...

- No cantes que me desconcentras.
- No puedo evitarlo. Eres una regañona, te la pasas enfrente de tu computadora todo el día nomás pensando en tonterías...
- ¿Ah, sí? Pues ¡Qué crees! Esas tonterías nos dan para comer...
- A ti, porque estás echa una cerda. En cambio a mi me tienes abandonada, como muñeca fea...
- Siempre has sido una dramática... ¡Ya cállate! Déjame trabajar.
- Pero si no estás haciendo nada.
- Estoy tratando de escribir.
- Por eso... mejor vamos a salir. Existe un mundo allá afuera ¿sabes?
- Sal tú. Ándale, vete. No sobrevives ni un minuto sin mi.
- Eres de lo peor. Una ególatra, sólo piensas en ti...
- Sí ¿Y?
- Además mira tu habitación... no es de niño, ni de niña, es de retrasados mentales. Llena de monitos, juguetes, espaditas, etc...
- ¡¡¡No las toques, Sandra!!! Son figuras de colección. ¿Ves? DE COLECCION. ¿Cuales juguetes? ¿espaditas? Esta, es una réplica original del siglo... Lo que pasa es que no sabes nada.
- Te enorgullece que parezca un museo freaky... así pa que todos digan ¡Ohhhh!!! así nomás.
- No sabes ni hablar bien. No te voy a responder más. No tiene caso, eres una necia, nunca te callas.... Así que habla lo que quieras...
- ¿Ah sí? Pues lo voy a hacer porque ya estoy harta de verte aquí encerrada todo el día sin que me peles. ¡¡Me tienes abandonada!! Si te interrumpo es porque estoy aburrida... y ya vi que sí me estás poniendo atención porque mientras escribes esto, te enoja mi voz, lo veo en la vena que salta de tu frente como cuando estás enojada y te aguantas. Estoy harta harta harta harta hartaaaaaaaaa. ¡Pélame!! Sandra... sé que me escuchas. Y nomás te haces guey frente a tu mejor amigo el monitor. ¡uhhh sí! Soy escritora... y además estudio y estudio y estudio y no me canso de estudiar todo el tiempo. ¿Qué escribes? Ah, esa historia con la que estás obsesionada... uhh no me mires así... esas miraditas tuyas no me intimadan!! no no no no y no! Tú eres más berrinchuda que yo, por eso se enojó aquel contigo el otro día, por tus berrinches. Te lo mereces. No lo aceptas, pero lo mereces... no... ¿Qué haces? Ay, no... Sandra, Sandrita, no. No. No lo apagues. El monitor es tu amigo ¿ves? No te vayas. No me dejes... Sandra?

Pd.- cuando estas dos se acaben de pelear, les recuerdo que la presentación es este viernes... no ha pasado jeje

Cállate Sandra!!!!!

Pero si nomás les recordaba lo de la presentación... a ti siempre se te olvidan las cosas...

Sí, bueno, pero ya vete a dormir...

ok.

Invitaciones, muchas cosas que hacer, avisos parroquiales...

Aquí van... los espero por allá!!!! (algunas adelantadas para que vayan haciendo un cachito en sus agendas y puedan acompañarme...)

• Presentación antología "Palabras sin piel"

Viernes 12 de Octubre
Presentan:
Carlos Serrato
Yolanda Vazquéz
Sandra Becerril
Lugar: Café Literario (Av. División del Norte, esquina calle Museo, casi enfrente del Museo del automóvil)
Hora: 18:30 hrs.

• Presentación "Suspiro Azul"

27 de Octubre
Presentan:
José Luis Rodriguez
Sandra Becerril
Lugar: Casa de Michoacán, Lucerna 61 entre Milán y Lisboa, col. Juárez.
Hora: 18:00

(Para los que andan lejos lejos, allá por tierras españolas:)

• Presentación antología "Espejo Roto"

La Editorial Jirones de Azul os confirma que la presentación oficial del libro "El Espejo Roto" se realizará el día 31 de octubre (día de Difuntos) en el Hotel Zenit Sevilla, calle Pages del Corro 90, en el famoso Barrio de Triana.
(Aquí tengo un texto, pero no podré ir buuu... así que los que anden por allá porfa, recuérdenme! jeje)


Además me siento contenta, orgullosa, excitada (uf), de platicarles que he andado recopilando ensayos de escritores acerca de clásicos del cine de terror... y el libro ya está en imprenta. Tentativamente sale en 3 semanas, por lo que ya les estaré contando qué tal... puedo adelantar que quedó poca madre... que hay textos de 10 personas sumamente talentosas y que estoy enamorada del libro "Amor al terror"...


Este mes, ando por varios lugares (no se desharán de mi tan fácil muajaja)...

• En Cuba, la revista MiNatura, en su número 82, tengo un par de minificciones que pueden checar aquí.

• La Revista Remolinos en su segundo aniversario, también incluyó un texto mío para este mes en su sección de Narrativa...

• El número 7 de la revista Narrativas, me invitó a participar con un cuento que pueden leer en su sección de Relato... y además ahí mismo, en la sección de "Reseñas", el escritor Héctor López Bello, hizo una critica sobre mi novela "Suspiro Azul".

• La revista venezolana Letralia, volvió a invitarme en su sección de letras, donde encontrarán un texto mío aquí...

Y bueno, ya para finalizar, los invito al taller que impartiremos Anwar Sosa y una servidora, a partir del sábado 27 de Octubre... si quieren más informes, pueden escribirle a Karla a ventas@shamra.com.mx

Creo que es todo...

Bueno, no hay pretexto... los espero... desde aquí, gracias a toda la gente que me ha apoyado y confiado en mi trabajo... gracias...

Maldición

Y si alguien acaso, ajeno a este dolor, se atreve a saborear mis letras, a oler mis lágrimas, a tentar mi pasado, a escuchar este lamento, a observar como caí en las tinieblas… que caiga sobre él esta maldición:

“Flotará en medio de mis sueños perpetuamente sin perdón mío. Comprenderá tanto este gemido de pasados, que su futuro estará lleno de mi sangre, me colaré por sus venas hasta absorber su felicidad que yo nunca tuve por tanto vivir. Arrancaré de un tajo aquellos sueños de chocolates para devorarlos con leche de fresa. Saldré como espuma por debajo de su cama y me transformaré en lo que más temía de pequeño: arañas, ratas, cocos, vampiros, monstruos, ex novias, papá enojado, oscuridad y fantasmas. Su alma ahora es mía (porque obvio: está leyendo esto) Su alma es mía y así podré jugar con ella en el parque a que su cabeza es una pelota de football y yo soy Beckham. Sus brazos serán mis columpios: toco el cielo con ellos y aterrizo en un paracaídas hecho con la piel de su panza. Sus pies conmigo siempre, para cuando los míos se rompan, tenga con que cambiarlos. (Sólo se aceptan piernas sanas) Si usted no cumple con este requisito, favor de abstenerse de leer lo que ya ha leído.

La maldición Sandra Becerril es ahora suya y pasará de generación en generación hasta que la muerte, su mujer, sus hijos, el control remoto, la contaminación o mi próximo amor, nos separen”