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viernes, septiembre 28, 2007

Sin título.

No hay título para hoy. No debería haber nada para hoy. Pero sí hay y mucho.

No tengo nada que perdonar porque cualquier cosa que hagas, la perdoné desde el primer momento que te dije "Te amo". Aunque no estemos juntos, aunque no volvamos a estarlo. ¿Quién soy yo para perdonar o no? Nadie.

Tienes razón. No se acaba el mundo. Sigue... y de qué manera.

Hace dos horas, me sentí más estúpida aún (si se puede), cuando vino uno de mis mejores amigos a ver qué pasaba conmigo, porqué llegué así, porqué respondí así el teléfono... y bueno... después de una charla, me dijo de nuevo: Hay, traigo una pena que no sabes...
Y yo, con mi acostumbrada soberbia, pensé que se trataba de mi. Claro!
Beep, error.
Una amiga suya, que también yo conocía, se suicidó justo el día que le dije que pensaba casarme. No me dijo nada porque me vio tan feliz que no quería afectar esa felicidad. Y ahora me siento una mierda de persona, porque me dio las señales, todas, y yo no las quise ver, porque estaba ciega en un mundo que no era para mi.

Mi hermano tiene razón. El amor, no está hecho para mi. O yo para él. Me gustó pensar que sí. Me gustó amarlo. A él, a aquel, a mi él. Me gustó dormir con él, dormir de verdad. Me gustó reír, platicar, ilusionarme. Me gustó su cuerpo, su olor, su piel, su sudor. Me gustó su pasado, su idea de futuros, su familia. Me gustó pensar que podía ser posible. Me gustó escribirle mil cartas y haberlas dado. Me gustó no haberme quedado con el "hubiera". Me gustó haber dado lo mejor de mi, y darme cuenta que sí, puedo ser más chingona y aún puedo querer más de lo que creí poder hacerlo un día. Me gustó pasar unas vacaciones cortas a su lado y reservar para este sábado, y pensar en todo lo que haríamos juntos. Me gustó prepararle decenas de sorpresas que pensaba darle por estos días. Me gustó manejar con él a mi lado regañándome y mi hijo en el asiento de atrás. Me gustó hacer el amor con él cuando pude, donde pude, todo lo que pude. Me gustó llorar por él durante una hora sin poder casi respirar, observarme en el espejo y ver que todavía tengo esa capacidad. Me gustó que me halla dicho la verdad ahora y no más adelante. Me gustó haber tenido los huevos para irme y darme cuenta que sí, tengo los huevos para tomar desiciones que mucha gente no puede tomar en toda su vida.

Momento.

No me gustó.

Lo amé. Todo lo anterior. Lo amé con todo lo que soy, lo que fui, lo que entregué, lo que pudo ser. Lo amé tanto que quizá él jamás entienda lo grande que fue. Que fue. Qué difícil es hablar en pasado. Pero se puede. Siempre se puede.


Concluí que quieres a la idea que tienes de una persona, a lo que esperas, a una esperanza de que todo salga bien. Concluí que amas a la persona, así, nada más.

Gracias, amor mío, por todo lo anterior.
Suerte, amor mío, por todo lo anterior.

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miércoles, septiembre 26, 2007

La Ley


Edgar Omar Avilés

Dios se disponía a fulminar a ese hombre que estaba por dispararle al tigre que estaba por saltar sobre el halcón que estaba por clavar su pico en la comadreja que estaba por matar a la culebra que estaba por deglutir a la rata que estaba por cazar a la lagartija que estaba por comerse a la tarántula que estaba por atenazar a la hormiga que estaba por envenenar al pulgón que estaba por morder la hoja.

Dios se disponía a fulminar a ese hombre pero, lleno de pánico, volteó hacia atrás.



Cuento ganador en la modalidad de cuento breve en el concurso XXXIII de la Revista Punto de Partida (2002).

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domingo, septiembre 23, 2007

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El dolor callado es el que más lastima...

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jueves, septiembre 20, 2007

Siente que la muerte está cerca y se ve a si misma… Estoy dentro de las cobijas de la cama de mi mamá. Siento el calor de su cuerpo junto a mi y su respiración pausada arrullándome. Oigo de lejos la lluvia caer y a los árboles quejarse contra la ventana. Hay un mundo allá afuera. Aquí estamos solas ella y yo. Se mueve un poco y admiro su perfil, su cabello rubio, su pálida piel. Así me gustaría estar. Ahora que estoy cubierta por un velo negro y no veo quien me viene a visitar; ahora que estoy muerta dentro de este ataúd. Cuando vivía, siempre pensé qué clase de cosas podría pensar cuando estuviese muerta. Y no era nada parecido. Antes pensaba que mi mente divagaría en los momentos felices con él, con mis amigos, con mi familia… pero no. Ahora sólo fantaseo con cosas que no sé si viví o me faltaron por vivir.

Pienso en el aire decembrino rajando mi rostro cuando caminaba por aquella calle frente al mar. Recuerdo con claridad el rostro de “él” rozando el mío. Su cuerpo. La vocecita de mi muñeca llamándome para jugar. El latir que no late más dentro de mi… ese ritmo constante que me hacía vivir. Recuerdo un futuro que nunca tuve, pero que me hubiera gustado. Al bebé, a mi papá sobre todo, a él… Escenas de películas. Su voz… esa voz retumba ahora en mi cabeza con un sonido hueco, que me acompaña por siempre. Su última frase. A mis abuelos. El patio de la escuela. Mi primer libro. Su perfume inunda mi pequeño espacio y me absorbe. Me quema. Tira de mis huesos y se los come con sal. Su sal. Recuerdo lugares donde estuve. Un día vi morir a alguien y no lo ayudé. Me senté sobre la banqueta a ver como el alma se salía de su cuerpo. Nunca la vi, pero supe cuando se fue porque un hilo de sangre corrió por su boca como si el alma se hubiera desatado. Luego regresé a casa, escribí sobre eso y lo actué. Todo el mundo pensó que era ficción. Me alabaron por aquella representación. Y era verdad. Ya no me da risa.

A mi nadie me vio morir. Dormía, soñando que lo veía, cuando se me olvidó respirar. Me desperté aquí. Nadie vendrá nunca más. No hay un más allá, paraísos, ni esperanzas estúpidas. Estoy aquí hasta que mi cuerpo se desintegre, esperando el aroma de las flores que dejan arriba… se cuela por las ranuras del ataúd y me da un poco de vida. Escucho pasos de niños corriendo sobre mi tumba. Recuerdo mi niñez… no es verdad… no la recuerdo….
Ya no recuerdo nada…
tampoco es ve
rdad.

lunes, septiembre 17, 2007


Cuando leo, siento que puedo serlo todo.

jueves, septiembre 13, 2007

A la una de la madrugada...

Si estuvieras aquí, hoy, en este momento, muy probablemente no estaría escribiendo... al menos no en una hoja, sería mejor en ese cuerpo dulzón, sobre la piel... como cuando tomo el café con mucha azúcar sin revolver para que cuando me lo acabe, quede un dulce espeso en el fondo de la taza y lo saboreo con el dedo... de ese tipo de placeres, así...

A veces, como esta absurda noche, me gusta pegarme a las redes de la melancolía como mosca... con un veneno. Y sí... si estuvieras aquí, no hubiera leído cuatro libros esta semana, ni hubiera buscado tu rostro en aquellos que no son tuyos y sin embargo ahora pertenecen a estas letras. Mientras me martirizo como pasatiempo, quisiera que el mundo se enlutara todo completo, te perforara el alma, te hiriera tanto... no... más que a mi. Sí, mucho más. Quiero sentirme tan cansada que no despierte hasta haberte borrado, hasta que mi boca te acabe tanto que no quede nada de ti más que yo. Te amé tanto que no logro amarte menos que mucho. Tú allá sin mi.

Miro maravillada aquella vida que perdí en alguna parte. No recuerdo el lugar, pero en ocasiones, esa vida respira por mis ojos, me niebla... Que estas páginas sean el ataúd de tus memorias, se deshidraten de futuros... hasta que la vida nos separe...

Despierto.
Despierta...

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lunes, septiembre 10, 2007

¿Perdonarte?

¿a ti?

No podría. No sería justa contigo ni conmigo. Ni siquiera tienes que esforzarte en pedir disculpas, ni mandar esas tarjetas, ni las rosas que recibí. No las acepto. Tampoco necesitas mirarme con esos ojos empañados, ni pasar al lado mío como queriendo abrazarme.

Lo único que quiero es verte dormir. Para hablarte. Mientras me siento al filo de tu cama con olor a ti, me acerco despacio a tu rostro. Quiero acariciarlo, enredar mis dedos en el cabello que te cae en la sudorosa frente. Eres igual que como te recuerdo hace 17 años, cuando tomaba tu pequeño cuerpecito y lo colocaba en mi pecho. Sólo así podías dormir, con mi respiración como canción de cuna. Tus manos aferradas a mis dedos. El mismo cabello en la frente, el mismo sudor.

No podría perdonarte porque no hay algo tan grave que pudieras hacerme como para pedirme perdón. Jamás. El día que naciste y te vi a través de esa ventana llorar porque la luz pegaba en tu rostro, agarrada de la mano con mi hermano menor quien te veía asombrado, sonriendo; ese día decidí entregarte mi vida. A mis 8 años pensé que no dejaría que la parte mala de la vida te tocara nunca. Que haría todo, cualquier cosa por verte feliz. Mi mamá me dejó cargarte y besé tus mejillas coloreadas. Me miraste así como me miras en las mañanas cuando te acabas de despertar. Te esperé mucho antes de que salieras de la panza de mamá. Te puse música cuando ya estabas, música clásica que ahora odias, cuando quería enseñarte a hablar, a escribir y todavía no sabías caminar. Te he amado tanto toda mi vida que no concibo mi vida sin ti.

Hoy en la mañana me fijé que ya estás más alta que yo y que a veces usas mi ropa. Hago como que no sé. Siempre hago como que no sé nada contigo. Si pudiera tomar tu mano para introducirla en mi mente, en el nudo que se forma en mi garganta, comprenderías mejor. Pero no puedo. Me limito a mirarte, a mirarte, a mirarte… a amar; a escribirte, no soy buena con las palabras, pero son lo único que tengo.

Si tú no existieras, yo no podría hacerlo. Entonces en vez de pedir perdón, vive que yo estaré a tu lado por siempre aunque no esté.

Hasta mañana hermanita…

viernes, septiembre 07, 2007

Entradas madrugadoras.

Son las 2 am y he llegado a la conclusión de que la mejor forma de desvelarse, es pensando en ti… en ti y en lo que representas… cuando llegaste a mi vida, así de improviso, fue como si no estuviese sucediendo. Con el miedo de que fuera a terminar así como comenzó, antes de que me diera cuenta, ya estabas plantado en mi cabeza, en cuerpo, en mi vida, de una manera tal, que no es difícil reconocer que te quiero en mi completo… no sé que vaya a suceder, pero cada que veo tus ojos, esos que me traen loca, me haces creer.

Y ahora a esta hora madrugadora, estoy sentada aquí en mi computadora porque me cuesta trabajo recostarme y no despertar contigo. ¿Sabes las ganas que tengo de rodearte en las noches? Y sentir tu espalda fría junto a mi, escuchar tu respiración, que adoptes mis piernas, secuestrar tus sueños y repetirte mientras duermes cuanto, cuanto, cuanto te quiero… hasta que se te quede grabado en tu piel… esa que tengo ganas de comer hasta que te quedes en mi por siempre.

Hace rato platicamos, no sé cuántas veces te marqué hoy, ni cuántos mensajes tuyos llegaron, pero cada uno, cada vez que sé que estás ahí justo cuando estoy pensando en ti, me dan ganas de decirte que soy tuya, que no sé si sea suficiente, pero todo lo bueno y malo que soy, es tuyo.

Mientras escribo, me doy cuenta de la sed que tengo de tu lengua, esa que encaja perfecto con mi voz… de que tus ojos me miren encubierta en la niebla de esta habitación, tratando de no hacer ruido para no despertar a nadie, con el cuerpo que me quema sin ti…

Supongo que ya estarás dormido, así que me voy a recostar también, a ver si es suficiente este deseo para vaciarme en tu sueño y quedarme ahí…




"(...) estoy cerca de ti, ¿me sientes?, estoy aquí, te puedo rozar, esto es seda, ¿la sientes?, es la seda de mi vestido, no abras los ojos y tendrás mi piel" Seda.

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sábado, septiembre 01, 2007

Invitaciones, invitaciones, invitaciones...

Bueno, para comenzar bien la semana, quiero invitarlos a dos presentaciones que se realizarán en Puebla y en el DF de "Suspiro Azul" (Ojalá puedan asistir)

Y de paso, devolver el saludo a todos los integrantes de Blogotemático, quienes en el "Blog day" (Así, es ¡existe!) me tomaron en cuenta para comentar acerca de este blog en su programa 8, si quieren escucharlos, pinchen aquí.

También me enteré que en blog de estudios de lecturas, incluyeron mi texto "La hoja en blanco" para su análisis... pueden ir a criticarlo, destruirlo, etc, aquí...


AVISOS PARROQUIALES


Luego me andan reclamando que porque no agradezco también (ando como en la ceremonia del Oscar) a las personas que me otorgaron el Thinking Blogger award, tons no crean que se me ha olvidado!! a... El Lobo, a Mariela, a Erick, Susana, Alejandra y a Fenix. Y ya que ando con esto, no sabía que habían creado el Premio al blog solidario, tons muchas gracias por haberme tomado en cuenta a la bella Reina imposible, a Oscar y a Roberto... a todos ellos les agradezco profundamente que me recuerden, va de regreso todo mi cariño, los quiero mucho!!!!!!!!!!!!

Ya que ando en estas, el talentoso escritor Edgar Omar Avilés, incluyó en su blog mi texto "La Venganza", si quieren leerlo, pues... ya saben...


Bueno, les dejo aquí pa' entretenerse el resto de la semana, ya que no podré atender este blog debido a las presentaciones y demás, pero estaré al pendiente, nos vemos a mi regreso, besos, abrazos y apapachos a todos!!!!


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