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domingo, junio 29, 2008

Libertad

Hace rato filosofaba con mi amigo Richie sobre la libertad. ¿Existe? Oh, somos taaan dramáticos!!! Y más un sábado donde todo el mundo tiene vida social excepto nosotros. (O eso fingimos)

Yo creo... que la libertad es muy relativa y en verdad pocas veces la he sentido como tal, pero sí puedo confesarles que la disfruté en su máximo esplendor en estos viajes que he andado haciendo. Pude dejar a un lado todo lo que traemos cargando (problemas, estudios, dinero, amores pasados, futuros, etc) y vivir. Así, aunque sea un minuto, una hora, un día entero. Vivir, nada más, sin ninguna máscara, sin horarios, sin importar que sea de día o de noche. Abandonarse a respirar y botar el miedo a la basura. Poder sentarse en un lugar donde nadie te ve -o sólo esa persona que quieres- y fumar viendo la noche, sentir el frío frío FRIO en tu rostro y perderse en el infinito. Sentir que si Dios existe, está ahí, contigo, en ese momento. Poder hablar de lo que se te dé la gana, lo que sea, como vaya saliendo. sonreír, toser, llorar, bailar. Mi libertad consiste también en cerrar los ojos y verlo. Saber que cuando los cierro, los cierra también y me ve. Fue despertarme a su lado, decir: ah, es él... Y seguir durmiendo. Estirar el brazo y alcanzarlo. (Bien decía Hegel que la libertad es una necesidad comprendida.)

Para amar, no se necesita que ellos/ellas te lo permitan. Sólo amas y eres libre amando y sintiendo.

Ya lo había dicho en alguna cursientrada anterior, pero en sus ojos, hallé esa clase de libertad. Me lo dijo también el otro día: la encontró en mis sonrisas y en los besos que dejaron de ser prohibidos. A mi antes me daba miedo que cuando dejaran de serlo, perdería el chiste... y no... ganamos mucho mucho más. Y lo que falta porque... somos libres... así... y ya...

Y ya porque me he pasado éstos días anteriores no sólo con los de producción, sino también preparando la nueva casa a la que nos mudamos ayer (¡sorpresa!)... qué de cosas salen en una mudanza (¿de dónde salieron todas éstas cajas?), todo lo que se tiró, todo lo que se compró, etc, etc... ando con una sonrisa en la cara desde hace meses, muchos textos nuevos que brotan y brotan y no se detienen, como fuente, así... en fin... quería contarles que hoy preparé el desayuno en la nueva cocina y estoy fascinada porque tiene chimenea en la sala y ahora sí podremos esperar a Santa jojojo o al menos, llenarnos de ceniza cuando intentamos prenderla... gustan un café?

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viernes, junio 27, 2008

La muerte enamorada

Y si yo te contara que timbra mi mar por tu culpa
En el mundo acostado sin calma
Que de tu cuerpo brotara conciencia
Por tus sueños y el sueño que encuentro
Mientras abro un abismo en tu ser.
Ah la muerte enamorada me llaman sin reproche y me aparezco en tu llanto
Tanto se cubre la sombra apenada de horas
Tanto se cubren los mustios
Que encienden los avernos
De mi desahuciada nobleza.

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jueves, junio 26, 2008

Soledad

Sale danzando ante mí en el lago de cristal. Un día donde los cuatro soles nos quemaban la pálida piel y opacaban a las lunas. Su falda de pieles se empapó de lluvia ácida y se deshizo... traía otra debajo y se burló de mí. Entramos a una caverna muy parecida a esta y me contó la historia de la red que servía para pescar los sueños. Mientras hablaba, se mordía las uñas... la red para cazar sueños no era invención suya, sino de un científico loco que la creó para el gobierno. Para tenernos controlados, porque sin nuestros sueños... ¿qué somos? Después de eso la besé. Me besó. Bailamos con el sonido que emergía de las ramas disecadas. Seguramente si yo hubiese muerto en su lugar, en mi cápsula también vendría el mismo día, la misma imagen.

Lo que falta está justo aquí...

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martes, junio 24, 2008

Gunter, el magnífico

—¡Soy Gunter el magnífico! ¡zaz! ¡Nadie podrá librarse de mi súper espada vengadora del futuro! ¡Voy a matar al monstro sin cabeza y libraré al mundo! —así jugaba Tito en el amplio jardín de su casa. Su espada era la tabla de madera filosa que rescató de la basura. Él era Gunter, el magnífico. En eso se asomó la sirvienta. Hora de comer.

Tito la miró de reojo, pero hizo como que no. ¿Comer? Hora de comer... en la cocina alejado de todos... las sobras de Don Jorge... miradas reprobatorias de mamá no mamá... verduras cocidas siempre... agua de la llave... mejor me quedo con Gunter.

Salió la sirvienta a grandes zancos, arremangó su enorme vestido que no lograba cubrir sus flácidas carnes, se tronó los dedos y correteó a Tito por todo el jardín. Él no reaccionaba a los gritos de su “nana”, él corrió abriendo los brazos, queriendo volar... soy una gaviota que vuela sobre el mar... soy un pirata que asalta gente mala como Don Jorge.... El mar... ¿El mar? No. El pasto amarillento y el fuerte brazo de Chole agarrándolo por el cuello, su otra mano por los cabellos y su espada en el charco de lodo.



Puedes seguirlo leyendo en Letralia

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lunes, junio 16, 2008

Duda

Hace rato me fumé el último cigarro de la cajetilla, aventé la colilla al jardín, entré a hablar por teléfono y zaz... ya había una plantita justo ahí donde se había sembrado la semilla de cigarro.
Me quedé mirándola un rato y después me di cuenta que ella me miraba a mi. De forma descarada. Entonces me puse a pensar que probablemente había crecido para alcanzar a escuchar mi conversación con mi mala influencia con quien platicaba acaloradamente de proyectos y demás cosas que tenemos juntos...

Claro, la plantita es una chismosa... iba a arrancarla cuando brota de una de sus hojas un capullito y de inmediato se abre y sale un cigarro. Camel. Vaya regalo. Lo tomé con reserva, lo prendí y así, era el más delicioso que había fumado. La planta se dio cuenta, se hinchó de placer y salieron tres cigarros más que ahora cuelgan de sus cientos de ramas... decidí dejarlos madurar hasta que se transformen en puros.

Ahora la planta rodea mi casa, mis manos y este teclado. Todo huele a tabaco sabor vainilla. Mis venas se ven muy verdes... creo que ya no tengo la sangre roja... creo que ya no soy yo...

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jueves, junio 12, 2008


DÉJAME SER PALABRA
PARA MORIR EN TUS LABIOS...

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lunes, junio 09, 2008

Se inunda la almohada


Me gusta bañarte cuando el alma sale como espuma por tu espalda y el agua resbala por mis ganas. El espejo se empaña por la vergüenza que le da vernos jugando a besar las gotas testigos en tu norte y mi sur. El miedo infantil a ahogarme en tus ojos, cristales verdes, que reflejan la punta del dedo que dibuja la luna tatuada en tu pecho como adorno nocturno. Entre mis brazos te resbalas haciéndote vapor, colándote, fugándonos del mundo que no detiene su llover. Es difícil respirar en un lugar tan pequeño, en tus manos, en la lengua que seca las migajas de agua que tiemblan aferrándose a las pestañas abanico. Mientras te buscas en el brillo de las gotas como licor dulzor por mi cuello, te arranco rebanadas de vida ésta noche. Ya no me fracturo en tu risa. Es hora de dormir. No da tiempo de secarse el cabello cuando es hora de dormir a tu lado. No importa que las sábanas nuevas se empapen con los cuerpos aferrados a las alas del otro. Sólo por ser.

Me tienes como yo nunca me tuve.

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viernes, junio 06, 2008

Economía

Amo mis libros. Los he amado desde el primer día que aprendí a leer y los amaré siempre. Hace una semana, a mis papás se les metió la loca idea de que habría que vender mis tesoros, pues todo está muy caro, el sueldo de papá ya no alcanza, la escuela de Carlitos es muy exclusiva, la gasolina subió de precio, ya no es tan sencillo colgarnos de la luz de los buenos vecinos, la carne cada vez es más y más cara, no alcanza para comer.

No quise entender hasta anteayer, cuando las tripas me rugieron de hambre. Miré mis libros con melancolía y oí a mis papás quejarse de nuevo. Se me llenaron los ojos de lágrimas. No me arrepiento. La carne de Carlitos es blandita y mientras mis papás estén en el refrigerador, su carne durará al menos hasta que la abuela venga de visita…

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lunes, junio 02, 2008

¿Sigues escribiendo?

Fui a una reunión ayer, llegó mi vecino así de: ah, eres escritora, deberías escribir de mi vida, o de lo que pasó el otro día, fíjate que…

“Y tú, ¿sigues escribiendo?” Es una pregunta común. A veces da coraje –claro, escribir es mi vida- a veces da risa, a veces los miras y piensas en algo más. Es como si me dijeran: ¿y sigues respirando?. Pero es una pregunta que esconde una verdad espeluznante. No cualquiera que se diga escritor, va a escribir toda su vida. No cualquiera aguanta sacarse las entrañas en cada texto. Escribir es un proceso doloroso, disfrutable y solitario. Solitario no porque no tengas amigos o parientes, sino porque los tienes y a ninguno le importa qué es lo que has escrito. Los lectores que te leen, están muy lejos de la gente que amas y ahí, en medio de ese hueco impenetrable, estriba la verdadera soledad. Ahí fue donde me encontré a mi Mala Influencia en un Yo compartido. Estábamos solos. Ya no.

Hace rato hablábamos de sacarnos las entrañas en cada texto. Tus letras, deben conocerte mejor que cualquiera, tus debilidades, obsesiones, fuerzas, miedos. Tus letras, deben ser sinceras, honestas. Mientras mirábamos la belleza de la nada, comentamos aquel texto que nos enviaron y nos dejó nada. Estaba vacío de honestidad. Porque las letras no mienten y se nota cuando fueron hechas sólo para vender, para convencer, para mentir. Claro, hay letras mentirosas excelentes, pero hay que saber mentir. Todos los escritores son unos mentirosos, hasta el más realista tiene algo de fantasía. Es inevitable y creo para eso fueron hechas las letras: para extraernos de este mundo y llevarnos a otros, quizá no mejores, pero sí, diferentes y vastos. Tal vez tu historia no es la grandiosa épica que habías deseado, pero es tuya, es sincera, tiene tu dolor, tus lágrimas escondidas, tus lugares oscuros que tú mismo no sabías que existían.

Escribir aún cuando no estés escribiendo, crear y corregir. Antes decían que los escritores se hacen más con la goma. Hoy se hacen más con el Erase, pero es igual. Es un vicio –lo confieso- enamorarme de frases que pienso que son tan buenas, que pueden quedar. Y no. Cuando las quito, les hago su funeral y el texto mejora. Es como la vida, cuando sacamos de nuestros días a la gente que no aporta nada, duele, pero seguimos y es mucho mejor.

Cuando tienes todo esto, además de desvelos por crear, poca nalga por estar sentado tanto tiempo y valor, te leerás de diferente manera. Te leerán de diferente manera y podrás decir: Sí, sigo escribiendo...

Pd.- Hoy vi a Angélica Santa Olaya y en medio de un café muy rico, estuvimos platicando un rato de todo esto... luego me entregó el ejemplar que Sergio Gault Vel Hartman mandó para los escritores que participamos en la antología internacional "Grageas, 100 cuentos breves de todo el mundo"... mil gracias... miro ahí mi textito viéndome de reojo y creo que sonríe conmigo... hoy me siento feliz y quiero compartirlo con todos ustedes... gracias...

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