Hace 5 días que no puedo dormir. Anoche ni siquiera logré cerrar por un momento los ojos. Me estoy enfermando de nuevo. Todo me duele como si mis años me cuadriplicaran la edad y mi pasado, vengándose de todo lo que he hecho, se burlara en mi cara diciendo que no soy invencible.Doy vueltas y más vueltas en las sábanas revueltas pensando que qué diablos será lo que me preocupa tanto. Puede ser una pelea con mi hermana, que extraño mucho a dos que tres personas, que me duele la cabeza, que hay un texto sobre mi escritorio que de tanto llevar ahí, ya está empolvado y lloroso de que no le hago caso.
Pero si no escupo, sino le cuento a alguien lo que sé, moriré con este secreto en medio de mi almohada.
Anoche concluí que hay un duende debajo de mi cama.
Un duende malo, travieso y horrible que hace ruidos cuando yo escribo, que se roba cosas, que me molesta por las noches… no lo he visto aún, pero lo he escuchado 5 días seguidos. Ayer dejé que una manzana rodara debajo de mi cama y luego cuando regresé, ya tenía pequeñas y voraces mordidas. Hallé un texto mío corregido y tachoneado por letras extrañas y esc
arlatas. Pero parece que lo que más le gusta es alimentarse de mis sueños, porque ya se me están acabando cuando duermo y brotan por el día cuando camino y voy manejando. Son tantos, la imaginación es tan enorme, gigantesca, que veo claramente lo que podría soñar cuando duermo, igual por el día.Y el duende se hace cada vez más grandes con ellos, le gustan y se burla de mi pobre mente que no deja de trabajar jamás. Al contrario, trabaja hasta en cinco fantasías a la vez, ¡¡¡me está exprimiendo!!!
Hoy lo confrontaré. Le diré lo mucho que me molesta su actitud. Los demás problemas pueden esperar. Preparé café para tener una agradable charla con él.
También maté a mi gato para hacer unas galletitas. Espero que le gusten porque me costó un arañazo, el pobre luchó hasta con lo último. Me habló, me suplicó que no lo hiciera, que al fin y al cabo al duende no le iba a gustar porque su carne era muy dura. Pobre, pero me importa más mi tranquilidad.Ansío dormir una semana seguida, sin soñar…
Ahora el duende sale de su guarida, escucho primero su caminar como arrastrando algo, veo como se mueve la cama, mi corazón se acelera y el platito con las galletas tiembla en mi mano. Un ojo, dos ojos, tres ojos, cuatro ojos, cinco ojos… ¿Cuántos serán?
Pd.- ¿¿¿Todavía no me crees que el arañón que traigo es por mi gato???? Porque si te qu
ejas del chupetón es que el otro día que fui a cazar a los vampiros que habitan en mi jardín cuando recosté mi espalda en el pasto para hallar el norte, uno trató de morderme… pero lo dormí con un cuento que le inventé.
Pd2.- Este mes ando en
Letralia, la revista Venezolana.
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